Nuestra fe

Como cristianos, somos sobre todo creyentes. Creemos en la Biblia, en Dios, en Cristo, en el Espíritu y en la redención y salvación de Dios.

Con respecto a la Biblia

La primera afirmación de nuestra fe es que la Biblia es la Palabra de Dios. En cuanto a la Biblia, el apóstol Pablo dice: “Toda la Escritura es dada por el aliento de Dios” (2 Ti. 3:16a). Las Escrituras fueron escritas por hombres piadosos bajo la inspiración de Dios. También creemos que la Biblia contiene la revelación divina completa. Todos los aspectos de nuestra fe se encuentran en la Biblia y son controlados por la misma. Aceptamos en su totalidad lo que la Biblia dice, desde Génesis hasta Apocalipsis, y rechazamos cualquier pensamiento humano que vaya más allá de lo que ella dice. La Biblia es el don verdadero y objetivo dado por Dios que nos ofrece la revelación en cuanto a El, Su plena salvación y Su plan, o economía, para el hombre. Ya que la Biblia es la Palabra de Dios, creemos en su veracidad y afirmamos su infalibilidad.

Con respecto a Dios

Por supuesto, el tema principal de la Biblia es Dios, y Dios es el objeto de nuestra fe. Por lo que revelan las Escrituras creemos que nuestro Dios es único y a la vez triuno. Aunque esto va más allá de nuestro entendimiento humano, la Biblia dice claramente que Dios es uno solo (1 Ti. 2:5) y a la vez tres (Mt. 28:19). El es eternamente el Padre, el Hijo y el Espíritu. Los Tres de la Trinidad Divina son distintos pero no separados. Donde está el Padre, allí también está el Hijo, tal como nos dice el Señor Jesús en Juan 10:38: “...el Padre está en Mí, y Yo en el Padre”. El Hijo y el Espíritu también moran el uno en el otro tal como el Espíritu y el Padre. Entre los Tres de la Trinidad, el Padre, según implica Su nombre, es la fuente de la Trinidad Divina; el Hijo es la expresión del Padre; y el Espíritu hace real todo lo que El Hijo es y tiene. Pero estos detalles de nuestra fe no son meros misterios teológicos. Puesto que nuestro Dios es triuno, podemos experimentarle y disfrutarle. El apóstol Pablo hace una relación definida entre los Tres de la Trinidad y la experiencia de los creyentes: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Co. 13:14). Según el Nuevo Testamento los Tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu— están en los creyentes (Ef. 4:6; Col. 1:27; Jn. 14:17).

Con respecto a Cristo

Nosotros los creyentes somos llamados cristianos porque somos hombres y mujeres de Cristo. Cristo es la Persona maravillosa del universo, y nosotros gozosamente nos llamamos por Su nombre. Cristo es eternamente Dios. En la eternidad pasada, antes de la creación, El era Dios; ahora es Dios; y será Dios para siempre. Pero un día se hizo hombre, que fue nuestro Señor Jesús. Por tanto, Cristo es tanto el Dios completo como el hombre perfecto. El, sin abandonar Su divinidad, fue concebido en el vientre de una virgen, nació como un niño, vivió una vida humana en la tierra y pasó por una muerte todo-inclusiva y sustitutiva en la cruz, logrando así la redención para nosotros. Pero El no se quedó en la muerte. Después de tres días resucitó y llegó a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). El poder de Su divinidad sorbió la muerte, y Su humanidad fue elevada y glorificada. Ahora El es tanto nuestro Redentor como nuestra vida. Ascendió a los cielos y está en la gloria; es totalmente Dios pero a la vez totalmente hombre. Como tal, ahora Cristo es el Autor de nuestra salvación y el Perfeccionador de nuestra fe (He. 2:10; 12:2). Está sentado en los cielos, donde lleva a cabo Su ministerio celestial y la economía de Dios (Hch. 5:31; He. 8:1-2). Esperamos con anhelo Su regreso inminente, cuando vendrá con el reino de Dios y reinará sobre la tierra en el milenio (Ap. 1:7; 11:15; 20:6).

Con respecto al Espíritu

El Tercero de la Trinidad es el Espíritu. Ya que el Padre es la fuente de la Trinidad Divina, el Espíritu es la consumación de la Trinidad Divina. Todo lo que el Padre tiene y es, está incorporado en el Hijo; y todo lo que el Hijo es, es hecho real como el Espíritu. Por esta razón, a El se le llama el Espíritu de realidad (Jn. 15:26; 16:13; 1 Jn. 5:6). La realidad de Cristo y del Dios Triuno, es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo llevó a cabo la encarnación de Cristo (Lc. 1:35; Mt. 1:18, 20). Ya que El nos trae la humanidad, el vivir humano y la muerte de Jesús, se le llama el Espíritu de Jesús (Hch. 16:7); y puesto que hace real para nosotros la divinidad y la resurrección de Cristo, se le llama el Espíritu de Cristo (Ro. 8:9). También se le llama el Espíritu de Jesucristo, lo cual indica que El es la fuente del suministro abundante para los creyentes (Fil. 1:19). El Espíritu de Jesucristo está mezclado con Su humanidad y muerte y con Su divinidad y resurrección. Este Espíritu es el Espíritu de la vida y el Espíritu que mora en nosotros (Ro. 8:2, 11). Como el Señor Espíritu, El nos transforma renovándonos (2 Co. 3:18; Tit. 3:5). El Espíritu todo-inclusivo es nuestra unción santa (2 Co. 1:21; 1 Jn. 2:20, 27), según es tipificado por el ungüento compuesto de Exodo 30:23-31. Como tal, El llega a ser el sello y las arras para nosotros (Ef. 1:13-14). Diariamente el Espíritu como nuestro Paracleto nos consuela (Jn. 14:16-17), suministrándonos todo lo necesario para nuestro andar cristiano, e intercede por nosotros (Ro. 8:4, 26). Tal Espíritu fue infundido como aliento en nosotros para ser nuestra vida en esencia (Jn. 20:22) y fue derramado sobre nosotros como nuestra vida económicamente (Hch. 2:1-4, 17). En la era de la degradación, este maravilloso Espíritu es siete veces intensificado y es los siete Espíritus de Dios (Ap. 1:4; 4:5; 5:6). Con el tiempo, este Espíritu intensificado, como la consumación del Dios Triuno, llega a ser uno con la iglesia redimida, regenerada, renovada, transformada y glorificada, la cual es Su novia, para la manifestación y expresión del Dios Triuno en la eternidad (Ap. 22:17).

En cuanto a la redención
y salvación de Dios

El Dios Triuno es verdaderamente maravi-lloso, pero el hombre no llegó al nivel que Dios quería. El hombre cayó, y está caído en el pecado sin esperanza. Pero Dios, debido a Su gran amor por el hombre, vino en Cristo para redimirlo. Antes, el hombre pertenecía a Dios; pero por la caída de nuestros antecesores, toda nuestra raza fue sometida a la esclavitud del diablo y del pecado, y quedó a merced de las exigencias de la justicia, la santidad y la gloria de Dios. Eramos absolutamente incapaces de cumplir sus requisitos. Pero Cristo cumplió todos los requisitos mediante Su muerte en la cruz. Esto produjo una redención eterna para nosotros, y esta redención es la base de la plena salvación de Dios. Debido a la muerte de Cristo, Dios perdona los pecados de los pecadores (Ef. 1:7), y a ellos, Sus enemigos, los reconcilia consigo (Ro. 5:10), y los justifica haciendo que Cristo sea la justicia de ellos (Ro. 3:24; 1 Co. 1:30). Dios, basándose en la obra redentora de Cristo, regenera a los redimidos con Su Espíritu (Jn. 3:5-6) para consumar Su salvación, a fin de que lleguen a ser Sus hijos (Jn. 1:12-13). Ahora que los creyentes poseen la vida y naturaleza de Dios, disfrutan una salvación diaria en esta era (Ro. 5:10; 1 P. 2:2; Fil. 2:12) y la salvación eterna (He. 5:9) en la era venidera y en la eternidad. Esta salvación es una salvación en vida (Ro. 5:10), y no una mera salvación del castigo eterno. La vida que disfrutamos en esta salvación es el Dios Triuno mismo hecho real en Cristo (1 Jn. 5:20) como el Espíritu eterno (He. 9:14). Esto es simbolizado por el río de agua de la vida, que fluye en la Nueva Jerusalén, y por el árbol de la vida, que crece en el río (Ap. 22:1-2), que tienen como fin suministrar vida por la eternidad a todos los que han sido redimidos por Dios. Esta es la salvación plena, completa y dinámica de Dios. ¡Una salvación tan grande! (He. 2:3).



Defender y confirmar el ministerio neotestamentario de Watchman Nee y Witness Lee y la práctica de las iglesias locales. Todos los versículos y las notas de pie de página fueron tomados del Nuevo Testamento Versión Recobro. La casa publicadora Living Stream Ministry tiene todos los derechos reservados sobre los extractos tomados de la Versión Recobro y del ministerio de Watchman Nee y Witness Lee y fueron utilizados con permiso. Witness Lee es el autor de las citas a menos que este señalado de otra manera. Las citas del Antiguo Testamento fueron tomadas de la versión Reina Valera, 1960 y del Texto Revisado.
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